Se produce un tubo nuevo más pequeño fuera de las zanjas de inserción y se introduce en el conducto existente. Entre la tubería vieja y la nueva queda un espacio anular que, por lo general, debe rellenarse. Como consecuencia, se produce una correspondiente pérdida de la sección transversal.
Por lo general, la conexión se realiza a cielo abierto. Dependiendo del material y del tamaño nominal, la integración también permite efectuarse sin apertura de zanja.
Ámbito de aplicación:
- Dependiendo del material del tubo, permite emplearse para conducciones a presión y por gravedad.
- Apto para las redes de saneamiento y abastecimiento industrial, de agua potable, gas y de aguas residuales.
- Pueden emplearse todos los materiales y dimensiones aptos para la introducción o la inserción.
- Las dimensiones de la zanja de inserción deben corresponder al tamaño del tramo de conducto a rehabilitar, al material utilizado y a la profundidad de tendido.
- Perfiles circulares.
- DN 80 – DN 1400 mm.
Ventajas:
- Plazo de obra corto.
- Pueden atravesarse los pozos con tuberías rectas.
- Uso de tubos de fabricación estándar y componentes con propiedades de los materiales definidas.
- En cuanto a las propiedades hidráulicas, el manga es muy liso, resistente a las aguas residuales agresivas y frente a la carga mecánica.
Inconvenientes:
- Gran reducción de la sección transversal.
- En la mayoría de los casos es necesario rellenar el espacio anual.
- Trabajos de explanación para zanjas de inserción.
- Trabajos de soldadura complejos de los diferentes tubos.
- Es necesario contar con un espacio amplio para el tendido del ramal de tubería.
- No apto para daños como desviaciones posicionales y colapsos de tubería.
- En las canalizaciones, se requiere la realización de reconexiones laboriosas de los conductos de conexión tanto en sistemas con como sin zanja.